Qué privilegio lavar platos que yo ensucié

Siempre me ha molestado lavar platos, barrer, cocinar. Son tareas que no disfruto, repetitivas, aburridas. Trabajo que parece evitable, como si la vida sería mejor sin él.

Al mismo tiempo, he tenido una aversión a tener una empleada doméstica, así que termino haciendo mi propio oficio de manera obligada, sin ganas y refunfuñando.

Hasta que se me cruzó un pensamiento, que no fue original mio: qué privilegio estar lavando los platos que yo mismo ensucié. Es una representación al hecho de que tengo platos, tengo comida, tengo un hogar donde compartirlos, tengo compañía. Todos estos son privilegios qué siempre he dado por sentado.

Si, he oído el argumento antes, pero hasta ayer lo senti en mi cuerpo, como un escalofrío en mis codos al fregar un plato.

Y pensé en como observar esa experiencia, me lleva a un viaje al pasado cercano, recordar como ensucié los platos, qué comí, con quien lo compartí, si estaba rico, por qué estaba pasando al terminar ese plato de comida, etc.

Presencia

Hace algunos años, he basado mis actitudes en los principios del respeto y la presencia. Y esta última es una que se redefine o expande constantemente.

Como decía Mandino, soy esclavo de mis hábitos; pero yo puedo escoger cuales me esclavizan. Y por ello, debo desarrollarlos de manera consciente, efectiva y para mi propio crecimiento. Un hábito, suele iniciarse por un trigger (ninguna traducción al español me convence). Y a raíz de estos pensamientos, mi nuevo trigger serán las tareas domésticas.

Por mucho tiempo intenté acompañar las tareas con películas o música. Pero la película solo funciona lavando platos, porque estoy quieto. La música tampoco me convence: no me gusta a volumen alto, y si me muevo por la casa termino perdiendo partes. En cambio, meditar y reflexionar no requieren volumen ni suscripción. Empiezo con menos fricción.

Si convierto el oficio en un espacio para reflexionar sobre lo vivido, lo que sentí y cómo afectaron mis acciones a otros, el futuro no puede ser otro que el del autoconocimiento y el crecimiento personal. Simultáneamente expulsando de mi cabeza ese negativismo de estar haciendo cosas que no me gustan y la sufrida parte de hacerlo todos los días.

De nuevo, esto es una idea en desarrollo y suena bonito en papel, espero que se me pegue. La sola escritura de esta idea, me da cierta dirección y responsabilidad de cumplirlo.